A los que nos apasionan los vinos nos pasa como a los que les apasionan los libros, siempre estamos buscando ése que parece hecho para nosotros, ése que cuando llegamos a él sentimos que toca algo en nuestro interior. A mí me gustan los libros casi tanto como los vinos, incluso debo confesar que los libros me apasionan desde antes que los vinos. Cuando puedes unir dos pasiones es fácil que te sumerjas en ellas y ocupen una parte importante de tu vida.
Desde que estudio sobre vino he buscado esos libros que parecieran escritos para mí, que me contaran lo que estaba deseando saber y que me lo contaran como me hubiera gustado que me lo contara un amigo más experto que yo o ese tutor que ejerciera como maestro. No es fácil que esto ocurra ya que todos somos tan diferentes de los demás que el pobre autor tiene que decidir usar sólo una forma de contar las cosas y renunciar a todas las demás.
A lo largo de estos años ha sido revelador encontrarse con libros de vino que se han convertido en mis libros de referencia o incluso en lo que yo llamo las biblias del conocimiento del vino, mis libros imprescindibles para estudiar, pero esa es otra historia y la contaremos en otra ocasión.
Hoy voy a comentar un libro que me atrevería a decir que forma parte de la categoría de esos pocos que me hubiera gustado escribir a mí. Hay que ser realista y reconocer que escribir el Oxford Companion to Wine no está al alcance de ningún ser humano individual, hasta Jancis Robinson actúa como editora coordinando un amplio equipo de profesionales, así que tendremos que ser más modestos.
En estos últimos años he viajado con bastante frecuencia a zonas vitícolas después de haberlas estudiado en profundidad y siempre me encontraba con los mismos dilemas, a veces no era fácil decidir que bodegas visitar y casi nunca sabía que hoteles o que restaurantes de la zona estaban más enfocados al mundo vino.
Internet se ha convertido en un gran aliado y nos facilita conocer que bodegas se pueden visitar e incluso concertar un programa con ellas antes de llegar a la zona, pero con los hoteles y los restaurantes la cosa es más difícil.
Yo no creo que las actuales herramientas de internet, al menos las que yo conozco, nos hagan más fácil la tarea. Confiar en recomendaciones obtenidas en páginas como Tripadvisor puede ser de gran ayuda pero nunca he encontrado que sus criterios de organización estén orientadas a los aficionados al vino, aunque reconozco que cada vez se nos está teniendo más en cuenta. Buscar en la lista de comentarios de un local para ver que se dice sobre la carta de vinos es tedioso y puede llevarnos a error ya que desconocemos el perfil de aficionado al vino del redactor de la opinión. Reconozco que si las criticas de los locales provienen de páginas que originariamente están enfocadas a los aficionados al vino facilita mucho las cosas, pensemos en Verema como ejemplo. En mi opinión ésta es un área aún por desarrollar adecuadamente y en profundidad, por lo que considero que el que se anime y lo haga bien se hará un hueco en el negocio.
Pues eso, que al final tenemos que volver la vista a las estanterías de los libros. Las guías de viaje convencionales tienen el mismo problema que las webs de viajes, no suelen pensar en nosotros los aficionados al vino y por lo tanto no cubren nuestras demandas específicas. Las guías de viajes enfocadas al vino o las de información sobre la geografía del vino que incluyen recomendaciones de alojamiento y restauración son pocas y a la velocidad a la que vivimos en el mundo actual pasan a estar obsoletas en un abrir y cerrar de ojos. La verdad es que no parece fácil resolver este dilema.
De cualquier manera como decía más arriba, si tuviera que escribir un libro de viajes sobre vino, me hubiera gustado escribir Portugal, Guide to Wine Tourism. La autora, Maria João de Almeida es periodista con amplia experiencia en el mundo del vino, tanto en medios escritos como audiovisuales. La edición del libro está muy cuidada ya que se ha puesto mucho empeño tanto en que sea atractivo a la vista como en la calidad de los contenidos. La maquetación es moderna aunque sin comprometer la información, los contenidos están bien estructurados y a mi juicio suficientes para justificar la compra del libro.
Como el título del libro indica se trata de desvelar a lo largo de sus más de 350 páginas la información necesaria para que podamos conocer antes de la visita, cada una de las 12 regiones del vino en que ha dividido Portugal. Cada región cuenta con una pequeña introducción a la zona y un mapa donde se ubican las diferentes bodegas que se sugiere visitar. Además ofrece una descripción de estas bodegas con datos sobre su historia, su viñedo, las opciones de visita que ofrece y una selección de los vinos más interesantes que elaboran. A continuación tenemos unas recomendaciones de alojamiento y lo que para mí es más valioso, una serie de restaurantes donde aparte de la calidad de la comida se puede disfrutar de una carta de vinos y un servicio del vino acorde a nuestras exigencias. Al final del libro tenemos una pequeña guía de las variedades más importantes de Portugal y un índice con las direcciones completas de todos los establecimientos citados a lo largo del libro, bodegas, hoteles y restaurantes.
Cuando he expresado que me hubiera gustado escribir este libro se me ha olvidado citar que el motivo más importante para ello es la envidia que he experimentado durante su lectura por todas esas visitas que me hubiera gustado realizar para poder escribirlo.
El formato del libro invita, y de forma expresa se alude a ello en la contraportada, a ponerlo en la guantera del coche y arrancar buscando el punto fronterizo con Portugal más cercano a nuestra casa. Da igual por que parte del país empecemos o por donde acabemos, Portugal es un lugar apasionante para los amantes de los vinos. Multitud de variedades autóctonas que se vinifican en estilos diferenciados según la región, vinos fortificados históricos que ofrecen inmensa satisfacción a precios de saldo, gran cantidad de influencias climáticas que marcan estilos radicalmente diferentes entre el norte y el sur e incluso en ocasiones más aún entre el oeste y el este, vinificaciones basadas en el terroir con poca o nula participación de madera nueva y muchos elaboradores concienciados, que no se han dejado influenciar por las modas y ni siquiera por las puntuaciones de los gurús.
Es un paraíso, está ahí mismo y no nos hemos enterado.
Y dejo para el final lo que para mí es lo mejor de todo, su gente. Nunca me he encontrado en otro país con el afecto que los portugueses me han trasladado hacia los españoles y eso que nosotros en ocasiones seguimos anclados en los estereotipos del pasado y aún no hemos llegado a ver que los lusos, sin ánimo de ofender a los franceses, son nuestros mejores vecinos. Hay mucha pasión por el vino, por compartirlo y nos están esperando.
Si deseas ampliar la información sobre la autora: Maria João de Almeida
2 comentarios
Reconozco mi gran ignorancia en vinos portugueses, de la misma manera que reconozco que cada vez que me he enfrentado a un vino portugués, me ha ofrecido más satisfacción de la que esperaba, con lo que empieza a urgir una visita a Portugal.
A ver si este próximo año los astros se alinean, mi economía logra salir del coma y consigo organizar una escapada de fin de semana largo al país vecino. Compraré el libro, y pediré consejo a mis amigos. 😉
Buena recomendación.
Pero sin duda será menos placentera que asistir “en vivo y en directo” a una charla magistral sobre (y acompañada de) tremendos vinos de oporto portugueses como la que nos regalaste anoche en Essencia.
Es más fácil entender la saudade cuando uno se acerca a la tierra y gente que crea esos vinos, fruto de tanto trabajo y serena espera, tan sabiamente al contrario de los tiempos. Viva Portugal.
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