El alberello, arbolito en italiano, es un sistema tradicional de poda que se utiliza casi en exclusiva en Sicilia y que se ha convertido en el máximo exponente de la viticultura del Etna.
En los años 80 más del 50% de la superficie plantada en Sicilia era en alberello, en la actualidad ha disminuido dramáticamente y se encuentra en torno al 8%, principalmente en Etna y Marsala. Este sistema de poda se desarrolló para obtener viñas que facilitan uvas de alto extracto y alto contenido en azúcar pero a costa de mucha mano de obra, ya que no se puede mecanizar, además de ofrecer bajos rendimientos. Este tipo de conducción es el que principalmente usan en el Etna los productores de las variedades tintas autóctonas, Nerello Mascalese y Nerello Cappuccio, centrados en la calidad.
El marco de plantación para las viñas en alberello se encuentra habitualmente entre las 8.000 y 10.000 plantas por hectárea. La propia naturaleza de plantación independiente del alberello le permite soportar los fuertes vientos que en ocasiones se dan en la montaña. En las mayores altitudes del volcán, en torno a los mil metros y más, donde la maduración es más difícil, la poda baja se convierte en una necesidad. En condiciones frías la exposición a la luz en sus 360º ayuda en la maduración. Los suelos negros típicos de la zona también colaboran absorbiendo rápidamente la radiación y calentándose, para posteriormente liberar el calor durante el resto del día.
Aunque raramente llueve en el Etna durante el verano, no se necesita irrigación. La lava subyacente actúa como una esponja absorbiendo agua durante los meses de invierno por lo que las viñas no suelen presentar falta de agua. La profundidad de los suelos varía de zona a zona. Donde las erupciones de lava son más antiguas la profundidad del suelo tiende a ser mayor. Los suelos con mayor profundidad permiten mayor profundización de las raíces consiguiendo una mayor fijación y un mejor aporte hídrico de la viña. Gracias a la gran capacidad de drenaje de estos suelos los agricultores pueden entrar en los viñedos sólo tres o cuatro horas después de cesar la lluvia.
El alto vigor de maduración de los suelos volcánicos antiguos puede contenerse dejando una cubierta vegetal hasta Julio para posteriormente ararlo. Materia orgánica, principalmente materia nitrogenada, se añade periódicamente para equilibrar los niveles de potasio en los suelos, muy altos de forma natural. Esta labor es especialmente importante en los suelos volcánicos inmaduros.